COOK STUDIO: APUNTES, CUADERNOS Y ENSAYOS DE COCINA

lunes, noviembre 26, 2007

SPAGUETTI DE MAR Y MONTE


De nuevo me desafío a mí mismo. Me niego a hacer compra e intento averiguar hasta dónde se puede llegar aprovechando el fondo de despensa. Supongo que todo tendrá un límite, pero intento retrasarlo al máximo.

Ingredientes de fondo de despensa:

- Spaguetti.
- Bolsa de gambas peladas congeladas.
- Un trozo de puerro.
- Un trozo de pimiento verde.
- Dos ajos.
- Botellas abiertas de vino blanco y Canasta cream.
- Leche.
- Perrechicos deshidratados.
- Especias.
- Sobras de caldo de pescado congelado.
- Sobras de tomate frito.


Hago un sofrito con el puerro, el pimiento verde y el ajo. Añado las gambas congeladas a fuego fuerte, en parte por el placer de escuchar su rugido en la sartén. Sigo añadiendo los perrechicos (en el valle de Hecho están tan codiciados que el secreto de su localización corre de boca en boca sólo entre familias ribereñas, también llamado Calocybe Gambosa), y especias "para pescado" (que me vendió una vez un francés en Pau y ni siquiera he leído su contenido). Remojo con una chorradita de Canasta dulce y otra de vino blanco de mesa. Reduzco, pero no mucho, junto con cucharadita de tomate frito.

El verdadero truco de la pasta es su salteado en la sartén junto a su condimento. En España tenemos la santa manía de servir la pasta sóla y poner encima la salsa para que cada uno la remueva en su plato.

El salteado amalgama los sabores y si es lo suficientemente fluído como el que he hecho, permite su absorción a la pasta y un posterior reposado en la sartén. Aunque la salsa parezca muy líquida en un primer momento (aunque una reducción parcial no está de más), el conjunto irá fraguando a base de golpes de sartén.

Tengo que decir que han sido una delicia para una noche en que mis opciones antes de pararme a pensar eran cenar un vaso de leche con Frosties, nachos y pipas.

domingo, noviembre 25, 2007

BARBACOA DE POLENTA

Han sido varias las ocasiones en las que he intentado cocinar polenta y nunca me ha atraído el sabor. En mi constancia por rendir homenaje a una comida sencilla y humilde que alimentó a millones de familias en la guerra en nuestra versión de las "farinetas" y sirvió de inspiración a Brueghel en su cuadro "el plato de polenta" y "el banquete de bodas", busco una alternativa.

Comienzo por el proceso tradicional: mezclar la polenta (sémola de maíz) con agua hirviendo con una varilla y hacer una pasta espesa.
Le añado una patata asada, mucho parmesano, especias de mi mezcla personal (osea, un mucho de todo) y pasta de ajo asado que he fabricadoasando una cabeza de ajos en papel de plata con un chorrito de aceite y una pizca de sal al horno a baja temperatura.
Así consigo una mezcla de mi favorito puré de patata al ajo y la polenta. Una vez enfriado y previamente extendido y amoldado en raciones rectangulares lo llevo a la parilla de mi barbacoa Weber.


Ya me gusta la polenta. Con las sobras de la pasta y sin el ajo y las especias he hecho gnoquis de polenta.

domingo, noviembre 18, 2007

CROQUETAS DE OPORTUNIDAD Y SU INTERPRETACIÓN FREUDIANA

Cuántos platos estrella en este mundo han tenido su origen aleatorio e inesperado en una situación de oportunidad!. Tenemos como ejemplo las famosas patatas "souflé", que producen su burbuja o hinchazón al freírse secuencialmente en temperatura baja-alta con un período de reposo intermedio, proceso descubierto en un convite real al anunciarse el retraso de los comensales una vez echadas las patatas a los fogones y tener que retirarlas para freírlas una segunda vez.



Mirando mi pobre despensa, típica de hace-días-que-no-compro, procedo a la fase de observación. Casi todo son restos de días anteriores: Medio pollo asado que traje a casa, 3 dedos en una botella de Albariño, útiles no perecederos tipo aceite, leche, harina....y mis frascos de setas deshidratadas.

Decido hacer croquetas. A ver lo que sale. El sabor del pollo de pollería les tienen que dar un sabor curioso (con piel y jugo incluídos). Hago la bechamel con un poco de nuez moscada y polvo de boletus, mientras hidrato unas cuantas "orejas de judas" y "trompetas de la muerte" en mis 3 dedos de Albariño. Al coger los botes de setas, encuentro un papel en ellos que pone "croquetas", anotación que escribí aconsejado por el Sr, Ubieto, dispensador de la tienda de setas de Ayerbe. Salteo las setas picadas con el pollo asado a´last y un poco de cebollita. Mi toque final es una cucharadita de pasta de trufa italiana que me quedaba en la nevera y que había cubierto con aceite de oliva para que no se echara a perder.

Como en el análisis de los sueños de Freud, el resultado final no se entiende si no se desgranan sus componentes individuales cada uno en su contexto: la anotación el día de la compra de las setas, la botella abandonada de Albariño, el medio pollo asado que no se comió la persona ala que estaba destinado.....todo encaja:

CROQUETAS DE POLLO TRUFADO CON SETAS NEGRAS.


Más tarde, leí que un innovador ( y frecuentado por el pijerío) restaurante de Zaragoza había ganado el primer premio del concurso de tapas de la cuidad con unas croquetas de gallina trufada...me pregunto que escabrosa historia habría detrás de esa gallina y su cocinero....


Saludos.