COOK STUDIO: APUNTES, CUADERNOS Y ENSAYOS DE COCINA

martes, noviembre 21, 2006

MY DEAR CHEF´S KNIFE




De todos los utensilios de cocina necesarios, y de los que procuraré hablar de vez en cuando, tiene una especial relación con el chef su cuchillo. Y de todos los cuchillos que hay que tener (pelador, puntilla, utilitario, de sierra), y que a veces encontramos agrupados en lujosos y vistosos conjuntos para insertarlos, nos quedaremos con uno: el cuchillo cebollero, que internacionalmente se le conoce más acertadamente como "chef´s knife".
Ni que decir tiene que tiene que ser un buen cuchillo. Aquí el precio no engaña amigos. Se establece una relación chef´s knife-cocinero inseparable, de forma que con el tiempo el cuchillo no es más que una prolongación de la muñeca del cocinero. Yo no me siento a gusto cuando me invitan a una casa a cenar, me ofrezco a echar una mano y me sacan un cuchillo utilitario o de sierra para cortar unas verduras. Realmente ese cuchillo no merece sino estar hundido en el cuello del anfitrión(y me da igual ir a la carcel). Me produce alergia. Pero si aun disponiendo de un buen chef´s knife, no es el mío, también me sale una especie de sarpullido. Es como la sensación de no cagar en tu casa, la misma que aterrorizaba a Flinch en American Pie, y que le obligaba a escapar del instituto para utilizar su propio retrete.
Como sólo tengo un cuchillo cebollero y lo uso tanto, a veces apago el lavaplatos para sacarlo y usarlo de nuevo, resistiéndome enérgicamente a trocear un calabacín con un cuchillo utilitario.
Encontramos extensas referencias de culto al chef´s knife en el cine. Psicosis puede que sea la más característica. Y nuestro querido cuchillo, a veces suelto y a veces emparejado con su set decorativo de oferta, aparece en todas las escenas de películas de suspense de mercado cuando la chica entra en la cocina aterrorizada por una persecución y la cámara se desvía unos segundos hacia el cuchillo......es cuando todo el mundo piensa antes de que la chica lo haga......el cuchillo, coge el cuchillo. Instrumento capital de apuñalamiento también en la vida real.
La tabla de cocina también es importante, ya que la utilizamos con el cuchillo, pero no es merecedora de culto. Lo mejor es que sea grande, ancha y de polipropileno, para que no mezcle ni absorba olores y sabores y sea repelente al agua. No hay sensación que produzca más náuseas que ver en unatabla de madera sacada del lavaplatos la mancha indeleble del filete de ayer. Lo ideal sería que la encimera de la cocina fuera toda una tabla, tal y como la tiene Jamie Oliver (hablaré de él otro día).

lunes, noviembre 20, 2006

UN ESTUDIO DE COCINA



No hace mucho, empecé a leer un libro cuya introducción se adornaba con las típicas citas cortas en la página previa al capítulo 1 ( aveces inteligentemente separadas por una página intecional en blanco), y que rara vez tienen que ver con el libro en sí mismo, sino que forman parte del gusto y hacer del autor. Esta cita no era sino el epígrafe del título de este nuevo blog. La verdad es que dejé de leer el libro, en todo mi derecho, sobre la página 50. Quizás la autoconsciencia de la escritora le impulsó a poner la cita.
La verdad es que hoy en día es muy fácil y muy asequible escribir un libro. Basta con aportar alrededor de 6000 euros en una editorial de "print on demand/publish on demand" de internet y listo. Yo ni tengo 6000 euros ni la intención de escribir un libro de cocina, tarea que encomiendo a documentados y profesionales de la escritura, comunicación y cocina (elemento en último lugar intencionalmente).
Sólo son apuntes desordenados, pensamientos sin acabar, cuadernos fugaces sobre cocina. Bien es verdad que una obra referente de la historia de la filosofía y que forma parte de los programas de las universidades es la colección de apuntes de Julián Marías. Estos apuntes desordenados, tomados por un alumno en clase, y posteriormente completados cuando el mismo ejerció de profesor, formaron al ordenarse el compemdio "Historia de la Filosofía". Quizás alguien termine ordenando estos cuadernos, o quizás no.
También me ha venido a la cabeza ese preámbulo tópico en muchos ensayos de "este no es el libro que siempre quise escribir, sino el que siempre quise leer". En este sentido, pocos libros de cocina he encontrado con un temple infusor tal que obligue al lector a devorar sus páginas y a volver a leerlo de nuevo alguna vez. Recuerdo cuando "Piraña", el gordito de Verano Azul, hablaba muchas mañanas de Sábado en "La bola de Cristal" sobre cómo sería su película cuando él llegara a ser director de cine en un futuro. Comenzaba diciendo siempre "..en mi película habra.........".
Estos son los ingredientes de un buen libro inexistente de cocina: Buen lenguaje, exageradas dosis de humor, ilusionismo, arte, gusto, belleza, música, entretenimiento, disciplina, esclusividad, referencias, literatura, fotografía, cine, anecdotario y por supuesto (pero en último lugar) un buen contenido gastronómico. El contenido gastronómico huiría de recetarios con ingredientes y medidas robóticas, sería un forma de comportamiento en la cocina, en fin, todos los elementos que necesita un arte: el arte de la cocina.
Quizás los más importante a la hora de cocinar un "jambalaya" (plato típico criollo de New Orleans) no sea el tiempo de cocción de las verduras, sino cocinarlo escuchando Jazz o música Africana, con una percusión directamente proporcional a la cantidad de ajo a añadir.

Lo que pasa es que yo no soy cocinero, no he aprendido en una escuela de cocina (como la prestigiosa Hoffman de Barcelona) o de hostelería profesional (estatales en todas las ciudades). No tengo experiencia. Tampoco soy escritor. No sé dónde he aprendido lo que sé. Y sé que sé algunas cosas de cocina. Puede que haya sido un tipo de conocimiento simbiótico inconsciente o que provenga de una vida anterior. Pero eso, lo tendrán que decir ustedes, estimados lectores en sus comentarios.
A los fogones!!!